Es la tercera vez en el mes. O quizás en el año. No recuerdo cuando fue la última vez pero es la tercera vez, eso sí. Siempre aparecés. Te sueño.
Hoy fue luego de una fiesta de cumpleaños como las que ya no hago. Volvía a ocurrir y todos mis amigos estaban allí, pero sobretodo esos de los que sospechamos que son gays en secreto. Vos te reís conmigo, compartís conmigo. Somos amigos. Nada más... "nada más", y me hacés notar que vos también querés ponerle comillas. Vos tenés los mismos arranques que yo cuando alguien nos trata de discriminar para jugar a ser cómplices con otros chicos. Vos amás lo mismo que yo y charlamos de películas y libros. Pasás tiempo conmigo y me hacés notar que algo te pasa, aunque ni loco me lo vas a decir. Es como si el sueño copiara mi alma y la mejorara. Sos todo lo que siempre quise y sos muy real... en el sueño, porque no existís.
No. Nunca recuerdo tu cara o tus razgos. Solo sé que sos morochito, de tez más oscura. Y hermoso. Sé que tus ojos son de alguna forma "claros", y no lo recuerdo bien. No creo que verdes o celestes, no lo sé, pero recuerdo lo claro de tus ojos.
En fin. Sueño con vos y sé que me encantaría encontrarte en mi vida y vivir esos momentos hermosamente incómodos que nos pasan en los sueños.
¿Te amo? ¿Está bien decirle eso a una proyección del inconciente? Me importa poco y nada... si sos una fantasía, amo soñarte. En el fondo, todo lo que quiero es aceptar que en sueños también tengo a alguien con quien escapar a jugar y ser feliz siendo yo.
Si vuelvo a soñar con vos, te voy a invitar un helado y... te voy a dar un beso. Prometido inconciente. Dejémoslo pasar y sigamos viviendo, aunque si nos volvemos a encontrar en algún recoveco de mis sueños, bueno, que nuestra ocurra magia.
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