Tengo otra amiga del alma que se enteró primero. Hace ya un mes que lo sabe. Aunque la conocí hace poco, se convirtió en mi segunda mejor amiga en muy poco tiempo. Ella me entiende porque vive lo mismo desde su lugar. Una noche de confesiones me lo contó mientras comíamos en un shopping, fuimos a su casa a boludear y después de dar muchas vueltas le conté mi historia y mi secreto. El problema fue que yo esperaba que mi mejor amiga lo tomara tan comprensivamente como mi amiga que me entiende. Luego entendí, mi mejor amiga no pasa por lo mismo. Ella es la situación más cercana a la realidad y a mi verdadero contexto social. De inmediato comprendí que en mi círculo mi sexualidad es un secreto a gritos que necesita aparentar el silencio un tiempo más.
Lo que más me sorprendió fue que cuando se lo contaba ayer a mi mejor amiga intentó dos veces convencerme que no tenía que preocuparme porque "que piense esas cosas es culpa de lo que me metieron toda la vida en la cabeza" (no se arma un blog tan dramático solo porque uno es medio artista. El pasado es duro y cuenta). Hay algo muy real que lo siento todo el tiempo con mis amigos. Es un momento de incomodidad para todos que disimulamos. Yo no soy gay, ni bisexual, ni nada. Yo soy "normal" y punto, de esto no se habla. A veces pareciera que quieren ayudarme. Y yo sigo dentro de mi caparazón.
No tengo mucho más para contar, es solo que quería compartir con ustedes que mi anonimato se empieza a romper y de a poco la gente me empieza a conocer. Las dos personas a las que más amo lo saben, les pese o no. Ambas dejaron en claro que me apoyan y me aman. Se los agradezco. Y yo, ¿amo algo de mí? ¿o amo más las mentiras que creé a mi alrededor para subsistir luego de haber pasado por un mundo en el que estuve tan sólo? Para pensar...
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